Las
técnicas de resolución de conflictos: una medida de protección frente al
bullying
Los
conflictos, las distintas formas de ver las cosas, entender la vida y
enfrentarse a los problemas forman parte de la esencia del ser humano y de la
propia vida. Es totalmente normal y, bien encauzado, incluso positivo y un
motor de progreso. El problema es que, en determinadas circunstancias, puede
degenerar en violencia.
En
el entorno escolar, los conflictos continuados y no resueltos corren el peligro
de transformarse en episodios de violencia física o verbal. Cuando estos actos
no son esporádicos sino continuados y, además, se producen contra una víctima
indefensa o en inferioridad de condiciones hablamos de acoso escolar o
bullying, un problema grave y frecuente en las escuelas e institutos de
prácticamente todo el mundo.
¿Qué
son las técnicas de resolución de conflictos?
Son
métodos sistematizados para resolver los conflictos de diversa índole que se
pueden dar en cualquier grupo de convivencia: el trabajo, un barrio o vecindad
y también en los centros escolares.
Un
posible forma de solucionar de forma amistosa un conflicto estaría compuesto
por las siguientes fases:
Elección
de un grupo encargado de la investigación y mediación en el problema.
Establecer
los objetivos a alcanzar.
Priorizar
dichos objetivos en orden de importancia.
Elegir
una solución consensuada entre las distintas partes implicadas.
Definir
un plan para llevar a cabo dicha solución.
Valorar
los resultados obtenidos y, si no son los adecuados, repetir el proceso
tratando de solventar errores e insuficiencias.
La
resolución de conflictos en el bullying escolar
El
éxito de los métodos resolución de conflictos en caso de bullying depende de
mucho del tipo y gravedad del acoso ejercido y, sobre todo, de la etapa en la
que se encuentre. Si la situación se ha detectado a tiempo, en sus fases
iniciales, es muy posible que una resolución amistosa del conflicto que lo ha
generado sea suficiente para zanjar el problema.
Sin
embargo, si el acoso lleva tiempo produciéndose y ya han tenido lugar acciones
graves, con la implicación de muchos individuos, la situación se complica. Aun
en el caso de que se pudiese llegar a una mediación amistosa en el conflicto
que pusiese fin al acoso, es muy probable que la tregua fuese momentánea y que
los agresores, al comprobar que su acción no tiene ninguna repercusión ni
castigo, volviesen a las andadas con la misma u otras víctimas.
Por
otro lado, dar un mensaje de impunidad en estos casos provoca mayores daños
morales en la víctima, que se siente abandona e incluso traicionado por el
resto, así como una sensación de frustración e idea generalizada de que el
acoso ni es tan pernicioso ni supone ninguna sanción, por lo que, aunque sea
indirectamente, se alienta su repetición en el futuro.
La
mejor receta para frenar el bullying es incidir en la prevención para que ni
siquiera llegue a producirse o, al menos, actuar en sus fases iniciales puesto
que una detección precoz hace mucho más fácil la resolución del conflicto,
minimizando sus consecuencias y evitando el terrible sufrimiento de las
víctimas.
GRUPO:
NATALIA ANDREA ECHEVERRI GIRALDO
LADY MARINA ATEHORTUA PEÑALOZA
YELIPZA MAYERLI PARRA ROMERO
RAMON ARTURO MORA ACEVEDO
DIEGO FAJARDO ROMERO
NELSY BRAVO GONZÁLEZ
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